Frecuentemente se acuña el concepto de calidad de energía, cuando se han implementado diversas iniciativas con el afán de mejorar la misma, asumiendo que se tiene una energía adecuada, sin embargo, podemos decir que se puede tener, mala, aceptable o simplemente una buena calidad de energía; no obstante la pregunta salta a la vista inmediatamente y es ¿cómo saber la calidad de nuestra energía?
Contestar esta pregunta no radica simplemente en un proceso observacional de una instalación eléctrica y sus elementos, por lo que se vuelve imperante estudiar de manera permanente y por un periodo de tiempo adecuado el comportamiento de una red eléctrica, con el fin de identificar anomalías en voltaje, corriente, frecuencia, consumo y energía, así como anomalías en el suministro y perturbaciones como pueden ser alzas, bajas, interrupciones, bajas y alzas de frecuencia, transitorios, distorsión armónica, y demanda total de distorsión, etc.
